TLALNEPANTLA, Méx.- Banderas cobran por permitir el paso a los automovilistas que necesitan cruzar por debajo del puente vial inconcluso de calzada de Las Armas, desde hace tres años.

El distribuidor vial Las Armas, que uniría la vía rápida de Aquiles Serdán en Azcapotzalco con Puente de Vigas en la zona limítrofe entre Naucalpan y Tlalnepantla, lleva un atraso de tres años.

En septiembre fue inaugurado, sólo uno de sus cuerpos viales, y por años esta zona de obra es insegura y ha entorpecido la circulación de miles de automovilistas.

Habitantes piden seguridad, iluminación y paso libre continuo y no condicionado al pago de unas monedas a bandereros de las constructoras.

"No es posible que para poder cruzar por calzada de Las Armas, rumbo al Rosario y viceversa, tenga que pagar a estos hombres que portan chalecos de colores fosforescentes", lamentó María Eugenia Zermeño.

"Si no les das dinero, cierran el paso con obstáculos de plástico", afirmó molesto Héctor López.

El sitio lleva años con maquinaria y durante las noches se acentúa la inseguridad.

Laura, quien entra a trabajar a las 6:00 de la mañana en Satélite, relató que como a las 5:30 de la tarde, un taxista detuvo su auto debajo de estos puentes oscuros "se me vino encima, como pude lo aventé y salí corriendo y no paré hasta la vía Gustavo Baz, donde una pareja me auxilió".

Apolinar Mena Vargas, secretario de Comunicaciones del Estado de México, informó que esta obra metropolitana quedó inconclusa casi tres años, porque la constructora chiapaneca Juma abandonó la obra.

El estado de México "le rescindió el contrato, por lo que esta constructora tiene que devolver dinero" y fue boletinada para que no pueda licitar más obras, informó el secreatrio.

Ante la necesidad de destrabar y poner en funcionamiento la obra, se contrató la construcción de una rama -del distribuidor vial- que es la que ya se puso en operación" y entonces para poner en marcha lo que falta, el final, con recursos del Fondo Metropolitano se licitó la segunda rama", indicó Apolinar Mena.

Foto: Rebeca Jiménez