Comunicóloga

Una noche, hace ya varios años, vi en la televisión un desfile de Roberto Giordano y me dije: en México no hay algo así. Por lo que empecé a investigar y tuve la poca fortuna de conocer a un argentino que presumía ser el productor de los desfiles de Giordano, cosa que no era verdad, pero así realizamos Acapulco Fashion. Todo el glamour y estilo de un evento de moda trajo a mi mente mi infancia. Recuerdo que cuando era niña me vestían siempre con vestidos ampones con crinolina, moño en la cabeza, calcetas con encaje y zapatos de charol, esto producto del trabajo de mi padre, quien era embajador, y el buen gusto de mi madre. Ambos eran unos maniquís, y cuando cierro mis ojos y me acuerdo de mi mamá en esa época, siempre veo los ojos azules más bellos, con sus lentes Jackie enormes y siempre enfundada en sus vestidos de Pucci o de Leonard; con sus manos, sus uñas y su pelo perfecto, mi mamá era una mujer impecable que se hizo mayor con una gran dignidad hasta el día de su muerte. Ella era muy ordenada, recuerdo que abría su closet y la ropa siempre estaba colgada y ordenada por color y las camisas de papá almidonadas. Todos estos hábitos se vuelven parte de tu entorno; recuerdo que con frecuencia ojeaba las revistas de moda y me impresionaban varias mujeres como Jackie Kennedy, la modelo Marisa Berenson y Bianca Jagger, siempre vestida de blanco impecable.

La vida continuó y mi pasión por la moda también, sólo que con mis propias reglas; cuando me fui a estudiar a Inglaterra, lo primero que hice al llegar fue irme a comprar una pañoleta floreada de Gucci, unos sexy jeans y unos suecos, porque mi mamá no me permitía usarlos al considerar que eran prendas de hippies.

Después de haber estudiado mi diplomado en Comunicaciones en la BBC de Londres hace casi 30 años, regresé a México y comencé a trabajar en Televisa dentro de la Vicepresidencia de Comunicación Social, donde estuvé únicamente un año. Mi siguiente paso fue descubrir el mundo de las Relaciones Públicas; y éste lo pude dar como Gerente de esta área en la Bolsa Mexicana de Valores. Fue algo muy gratificante y lleno de experiencias interesantes tanto en mi vida profesional y personal. Continué por este camino por 10 años y también promovía el Abierto Mexicano de Tenis en Acapulco, Guerrero. Fue al término de esta etapa cuando reviviría en mí de manera completa una de mis más grandes pasiones, la moda.

Aunque suene irónico fueron dos políticos quienes me mostraron el mundod de la pasarela, el entonces gobernador del estado de Guerrero, Rene Juárez Cisneros, y el Secretario de Turismo del estado, Ernesto Rodríguez Escalona, quienes me pidieron continuar promoviendo el puerto de Acapulco. En ese contexto lanzamos Acapulco Fashion, que durante su segunda edición tuve la fortuna de conocer a Peter Foyo, presidente de Nextel, quien decidió ser mi principal patrocinador. Así nació Moda Nextel, un evento con el que he podido ser testigo de la evolución de la moda no sólo en México donde tenemos muchísimo talento, pero también donde hacer una carrera en la industria es de mucho esfuerzo al no existir apoyos económicos para los diseñadores.

Con todo respeto, puedo decir que los ateliers que tienen un trabajo de diseño, corte y confección impecables son los de Macario Jiménez y David Salomón, así como Julia y Renata, Alejandro Carlín y Alexia Ulibarri, entre muchos a los que siempre apoyaré.

Sé que a mi caminar por el mundo de la moda aún le queda mucho tramo por recorrer, hace poco lo hice en Nueva York al lado de una figura icónica de una gran calidad humana y talento incomparable, quien me ha ayudado a tocar puertas y me refiero a Óscar de la Renta. Con el apoyo de él y la ayuda de muchas otras personas me encuentro preparando lo que será la siguiente edición del que ha sido por 7 años una de mis razones de desvelos, aprendizaje y mucho trabajo, pero sobre todo de interminables satisfacciones, Moda Nextel.