“Cuéntame que el paro / cuéntame que el hambre / cuéntame cien mil al mes
cuéntame que llueve / sabes que vas a comer / por dar hostias a la gente
sabes para quien trabajas / tus lágrimas las compras / en las rebajas
Era un hombre y ahora es poli” – La Polla Récords.
En estos tiempos en que todo se privatiza, que la frontera entre lo público y lo privado resulta cada vez más difusa, incluso en lo que afecta a la policía y la “seguridad”.
Hace unos días, el director general de la policía, Ignacio Cosidó presentaba el plan integral de Colaboración entre la Policía Nacional y la Seguridad Privada. Con la ya gastada excusa de la crisis, el plan pretende recabar información de la seguridad privada que “serán procesadas e integradas en la inteligencia policial y, en función de su colaboración, la Policía Nacional les suministrará también los datos que puedan ser útiles para garantizar la seguridad”; más claro: la policía entregará datos personales a empresas a cambio de su colaboración. Tras explicar que esta colaboración no implicará cesión de datos personales, Cosidó puso un ejemplo de la colaboración que dejaba muy claro que sí lo habría. “El Corte Inglés, por ejemplo, si retiene a alguna persona por hurto o robo, podrá pedir información sobre sus antecedentes policiales”.