Participar en los festejos de Halloween es riesgoso porque implica un acercamiento al mundo de las tinieblas. Para las sectas satánicas el año termina la noche del 31 de octubre e inicia el 1 de noviembre. Así, la noche que ha sido llamada “Noche de brujas” o “Halloween” tiene en común las reuniones de miembros de numerosas sectas satánicas que practican rituales diabólicos en los que presentan ofrendas a Satanás y a los demonios. En estos rituales, que se acompañan de sangre de animales, a veces se ofrecen también vidas humanas.
En la noche del 31 de octubre y hasta la madrugada del 1 de noviembre, brujos y satanistas convocan a espíritus inmundos (que están en el mundo) y a espíritus malignos mediante canales que saben abrir hacia el infierno (el mundo inferior) para atraerlos a la tierra. Estos demonios esperan con avidez esta noche para infestar casas y todo tipo de lugares, asediar almas, influenciar a personas y abrirse camino para lograr apoderarse de la voluntad humana mediante posesiones diabólicas.