Toda una demostración de organización y
participación popular. Eso fue la jornada del domingo 1º de Junio en Rosario,
cuando cientos de rosarinos se convocaron a recibir, acompañar y escoltar a
la primera estatua de bronce al Che Guevara en Argentina. No sólo
por la algarabía y jubilo que se vivió, sino por la participación de más de 200
personas en lo organizativo, artístico, técnico. Todo de manera voluntaria y
solidaria. Fue sorprendente ver cómo la gente se acercaba, incluso el mismo día,
a dar una mano para cubrir tareas, mover personal desde los distintos
puntos del evento y solucionar problemas técnicos.
En el Parque Nacional a la Bandera el
escenario de la Tribuna Rosarina, conducido por Germinal Terrakius y
Lisandro López, le dio la bienvenida a la escultura con Gato a la Naranja
–una familia que interpreta tangos de Astor Piazzola-, el grupo de teatro de
alumnas egresadas del Colegio Politécnico de Rosario con la obra "Prohibido
Prohibir", el Ejercito Popular de Payasos –que volvieron al ruedo
tras seis años-, La Banda Sonora de Aire Libre – la radio comunitaria de
la ciudad- el grupo de rock Patagonia ReVelde, una muestra de
folclore argentino de la mano del Grupo Sueños y la más que
colorida unión de murgas de la ciudad que presentaron el número "Las Murgas
Cantan al Che", que con una versión murguera de "Hasta Siempre
Comandante" le dieron la bienvenida a la obra.
La llegada de la estatua de cuerpo entero
que muestra a Ernesto Guevara erguido, caminando en un terreno rocoso, fue
recibida por 600 personas que se agolparon en las barandas a orillas del Paraná.
Medios de diversas partes del mundo llegaron para registrar la histórica jornada
de recibimiento que contó con profundas palabras del escultor y propulsor del
proyecto, Andrés Zerneri. Este joven neuquino de 35 años, tras cuatro días de
viaje en barco llegó a la ciudad con la obra hecha de 75 mil llaves donadas por
15 mil personas de diferentes puntos del planeta.
Cabe subrayar que desde la recolección de
llaves al traslado vía tierra y agua, sumando las jornadas de despedida y
recibimiento se efectuaron sin la necesidad de participación de ningún aparato
político ni estamento estatal. El pueblo fue el que, organizado y con un
objetivo común, hizo la obra y garantizó la fiesta.
Mientras la estatua era bajada del barco,
una colorida y ruidosa caravana se inició de la mano del Grupo de Motoqueros
el Che, secundados por las murgas que bailaron y tocaron durante todo el
recorrido que tras transitar Avenida Belgrano, subió por Avenida Pellegrini,
donde cuatro cuadras de autos la esperaban para arrancar los motores. Allí,
imponente, la escultura producto de la solidaridad y la suma de pequeñas
voluntades, se paseó por la ciudad. Fue saludada desde balcones, aplaudida en
las calles y seguida por los desprevenidos que se enteraron de su llegada al
verla pasar.
Por ello al llegar al Parque Independencia
otras cientos de personas aguardaban en el escenario de los Pueblos Originarios,
donde hubo Salamat Qom y el mejor tango de la mano de la Orquesta de
Quilicci.
Llegada la noche, la caravana siguió su
destino, encabezada por el autobomba de los Bomberos Voluntarios, secundados por
las murgas y los motoqueros. Con una gran emoción llegó finalmente a 27 de
Febrero y Laprida, donde la Tribuna por la Unión Latinoamericana y
Caribeña se vio colmada de vecinos y vecinas, niños jóvenes y adultos que
recibieron la estatua emocionados. Este tercer escenario fue el corolario de una
jornada cargada de alegría, emoción e innumerables muestras de solidaridad.
Jornada que se extiende, porque hasta el 14 a las 00.00hs, la Comisión de Apoyo
Rosario del Monumento al Che permanece en el lugar con una carpa gigante que
será la casa de la Vigilia Cultural que ya comenzó a cobijar talleres,
proyecciones y debates.
Cabe destacar que al haber sido organizado
de manera independiente, autónoma y colectiva hubo inconvenientes que se
subsanaron gracias a que la gente hizo propio el recibimiento, como lo hizo con
la estatua. Uno de ellos fue que en el Parque Independencia, el escenario no
tenía la electricidad asegurada. Entonces los "carritos" de venta de ese lugar
propusieron unir los generadores eléctricos de cada uno y garantizar la energía
para continuar la fiesta. Finalmente gracias a la gentileza de los trabajadores
del Hipódromo se pudo montar el sonido de la Tribuna Originaria. Lo mismo
pasó en el punto culmine de la caravana donde la iluminación del escenario en un
inicio nula, terminó siendo un lujo: el autobomba de los Bomberos dio una
impecable luz que nos permitió disfrutar a Carlos Speciali, Cosa de
Negros, Meremberos, Factor RH, La Gringa,
Farolitos y la Perro Suizo.
Pero las muestras de apoyo no se limitaron a
las decenas de personas que llegaban al lugar de emplazamiento y admiraban la
obra colectiva materializada en la imagen del Che, ni precisaron contratiempos:
de manera espontánea multitud de vecinos del barrio que acunará al Comandante
llegaron hasta la carpa para ofrecer comida, materiales, para brindar fuerza y
entusiasmo a los que pasan la noche junto a la estatua para garantizar su
seguridad.
Esto sólo fue un homenaje pero deja
enseñanzas para llevar adelante el resto de las luchas que con dicho evento se
podrán impulsar desde lo moral, lo simbólico, lo subjetivo -a lo cuál tanto el
Che apelaba cómo elemento de acción conciente-.
Lo sucedido el domingo 1º de junio en
Rosario demuestra que el proyecto monumento al Che es una herramienta de
construcción subjetiva ante todo: despierta esperanzas, reaviva la chispa del
corazón, y alienta a seguir, retomar, y profundizar la lucha por la liberación
social de la especie humana, que no es más ni menos que luchar por la sociedad
de los hombres y mujeres libres.
Comisión de Apoyo al Monumento
al Che Rosario
www.cherosario.com